Siete de cada diez brasileños temen ser agredidos durante la campaña para las elecciones del 2 de octubre por causas políticas, dice una encuesta divulgada este jueves por Datafolha, luego de que se registraran dos asesinatos de electores del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva a manos de seguidores del mandatario Jair Bolsonaro.
El sondeo se da a conocer a poco más de dos semanas de las elecciones, consideradas las más polarizadas en números de la historia. El 2 de octubre, Lula podría ir por su tercer mandato, mientras que Bolsonaro podría convertirse en el primer presidente que no puede lograr la reelección desde la vuelta de la democracia.
Preguntados si están con miedo de ser agredidos “físicamente por su elección política o partidaria”, el 67,5% de los encuetados respondió afirmativamente en el sondeo de Datafolha, para el que se entrevistó a 2.100 personas en un universo de 130 municipios representativos del país.
Los analistas consideran que el voltaje de violencia en la campaña es inédito desde la primera elección libre y directa de 1989, cuando Lula fue a segunda vuelta contra el vencedor, Fernando Collor de Mello, en un país que dejaba atrás a la dictadura militar (1964-1985).
Los mismos encuestadores a cargo del relevamiento fueron objeto de agresiones.
Diez de ellos fueron atacados esta semana en diferentes puntos del país, en medio de una escalada de violencia por parte de militantes bolsonaristas, según consignó Folha.
Los casos ocurrieron en los estados de San Pablo, Minas Gerais, Alagoas, Maranhão, Goiás, Pará, Río Grande do Sul y Santa Catarina. Según la versión de la empresa, las personas que buscan intimidar a los investigadores, en la mayoría de los casos, se declaran como bolsonaristas o citan el nombre del presidente Jair Bolsonaro, que busca la reelección en los comicios del 2 de octubre.
La directora general de Datafolha, Luciana Chong, informó que los atacantes acusando al instituto de ser comunista y en algunos casos han tratado de filmar a los entrevistadores para intimidarlos. Asimismo, comentó que el escenario ha empeorado después del feriado del 7 de septiembre, cuando hubo actos en todo el país por el día de la Insdependencia, que capitalizó a su favor Bolsonaro.
Ese día, en el acto principal, Bolsonaro habló contra la empresa encuestadora nuevamente. El mandatario aparece en el segundo lugar, detrás del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, en las principales encuestas.
El jueves pasado, en Mato Grosso, un bolsonarista mató de 15 puñaladas a un compañero de trabajo tras una discusión por política. El 9 de julio, en Foz do Iguazú, el agente penitenciario bolsonarista Jorge Guaranhos asesinó a balazos al dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) Marcelo Arruda, que festejaba su cumpleaños con una remera con la imagen de Lula.
Tras el homicidio en Mato Grosso, Bolsonaro se negó a enviar condolencias a la familia de la víctima y dijo que el PT “es una plaga” que con su reelección “será barrido de la historia” porque “más que un partido de trabajadores es un partido de desocupados”.
Este miércoles, en Salto do Jacuí, Rio Grande do Sul, estado que tiene frontera con Corrientes y Misiones, un productor rural y activista de Bolsonaro murió al colisionar la camioneta en la que escapaba de la policía luego de haber chocado intencionalmente un automóvil que tenía adhesivos de Lula, conducido por una concejala del PT.
Así, la extrema derecha se configura como un riesgo a la vida democrática, que condiciona la expresión de las preferencias e ideas.