Los usuarios de redes sociales reflejaron la situación que se vive en muchos espacios verdes de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, mientras que una de las zonas más afectadas fue la ciudad de La Plata y sus alrededores. En enero también ocurrió una situación similar.
La principal preocupación que aqueja a los ciudadanos es la propagación del dengue, una enfermedad viral que se transmite por la picadura del mosquito del género Aedes, principalmente por el Aedes aegypti.
Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada por el virus dengue, lo adquiere y luego, en un período de 8 a 12 días, es capaz de transmitirlo a una persona sana a través de la picadura.
Durante 2023, Argentina alcanzó un récord de casos y la enfermedad no solo se extendió por todo el país, sino que, incluso en invierno, la circulación no se detuvo a pesar de que el frío no es un clima propicio para la propagación de mosquitos.
Juan Carlos Cisneros, infectólogo y subdirector del hospital Muñiz, explicó que hay cuatro virus diferentes de dengue, y cada uno cuando infecta a una persona le da inmunidad, pero solo contra ese tipo de virus. “Tiene la característica que, cuando se repite con otro serotipo, tiene más riesgo de gravedad”, advirtió, por lo que “a lo largo del tiempo van apareciendo más casos graves”.
Según el Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) que publica el Ministerio de Salud de la Nación, en lo que va de 2024, “desde la Semana Epidemiológica (SE) 31/2023 hasta la SE 5/2024 se registraron en Argentina 39.544 casos de dengue: 36.765 sin antecedentes de viaje (autóctonos), 1.813 importados y 966 en investigación, resultando en una incidencia acumulada a nivel país es de 86 casos cada 100.000 habitantes. En este momento 14 jurisdicciones presentan circulación viral notificada en su territorio: todas las de la región Centro, todas las de la región NEA y 5 de la región NOA”.
Los síntomas más frecuentes son fiebre (mayor a 38.5°C), cansancio, dolores de cabeza y detrás de los ojos, dolor muscular, dolor articular, lesiones en la piel (tipo sarpullido) con importante picazón, diarrea y, aunque menos frecuente, el sangrado por nariz o encías.
Entre las principales tareas de prevención en los hogares, se recomienda eliminar criaderos potenciales de mosquitos mediante tareas de descacharrado y descarte de todos los objetos inservibles que puedan acumular agua de lluvia, como latas, botellas vacías, neumáticos, macetas.
En cuanto a los recipientes útiles, como baldes y palanganas, es necesario vaciarlos y dejarlos boca abajo para que no junten agua, las canaletas deben mantenerse limpias y libres de hojas todo el año, en el caso de los recipientes utilizados para contener agua (como tanques y barriles) es importante mantenerlos tapados, y el agua de bebederos de animales y de floreros deben ser renovada cada tres días.