
El evento es llamativo por la cantidad de animales muertos, es la mayor cifra en los últimos cincuenta años. Además, porque los cuerpos de los mamíferos acuáticos no presentan signos de golpes, laseraciones ni de debilidad. El gobierno provincial decidió intervenir en la investigación. Aún no hay una explicación científica a los hechos.
El equipo del Instituto de Conservación de Ballenas informó que están trabajando en las necropsias de las ballenas francas australes. Llevan adelante un trabajo conjunto con la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, el CENPAT y el Laboratorio Provincial de Salud Ambiental. El objetivo es determinar a partir de los estudios post-mortem de los mamíferos y del análisis del agua la presencia de toxinas asociadas a la marea roja.
La información, difundida en el último comunicado que publicó la página oficial del ICB, destaca que “hasta la fecha se han detectado al menos 15 individuos adultos y juveniles muertos” de ballena franca austral (Eubalaena australis) en un lapso de 10 días.
Qué es la marea roja
Es un fenómeno natural que ocurre en todos los mares. Consiste en la proliferación de algas microscópicas a gran escala que puede provocar cambios en el color del agua. La multiplicación de las microalgas se da cuando determinados factores del ambiente (temperatura, luz, pH, disponibilidad de ciertos nutrientes, salinidad, entre otros) generan las condiciones propicias.
Representan un peligro para la salud humana porque algunas especies de microalgas son productoras de potentes toxinas. Por este motivo, desde el gobierno provincial recomiendan evitar la recolección y el consumo de moluscos.
Al ser un evento natural recurrente no es posible prevenirlo ni evitarlo.