En los últimos años de la Gimnasia Artística femenina, hay pocas dudas: Simone Biles ya hizo historia como la mejor atleta moderna de la disciplina.
Pero en París 2024, la estadounidense tiene una verdadera rival por primera vez en años. El margen de error se redujo.
Si algo empaña la brillantez de Biles, podría ser Rebeca Andrade quien suba al último escalón del podio.
Nadie duda de que Biles, de 27 años, sigue siendo la mejor atleta. Pero ahora, mientras se preparan para un esperado duelo en los Juegos de París, transmitiendo belleza ágil y poder explosivo, la paulista se encuentra en la misma conversación que la gimnasta más condecorada de todos los tiempos, ganadora de 37 medallas olímpicas y de campeonatos mundiales.
El domingo, Andrade, de 25 años, tomó la barra asimétrica inferior en el aire y comenzó su rutina, y cuando terminó su paso por todos los elementos, Brasil quedó entre los ocho equipos para la final, que se disputará esta tarde.
La brasileña, campeona del mundo en concurso completo, también se clasificó a la final individual por aparatos con las tres mejores puntuaciones en salto, viga de equilibrio y ejercicio de suelo, además del all-around.
Así, la gimnasta con más posibilidades de abrir una mínima grieta en la hegemonía de Biles, no se lo va a poner fácil a la gran estrella estadounidense: en la ronda de clasificación se quedó a 1,866 puntos, y con margen de mejora si evita un par de errores en la final individual.
Por equipos, en cambio, la selección brasileña estuvo lejos de la norteamericana, pero no de un podio por países que sería histórico para la gimnasia sudamericana.
Estados Unidos, comandado por Biles, obtuvo 172,296 puntos y una amplia ventaja de 5,435 sobre Italia (166,861), que logró superar a China (166,628).
Andrade tiene grandes planes para los Juegos Olímpicos de París, después de ganar dos medallas en gimnasia en Tokio 2021.
La gimnasta de 25 años, quien nació y creció en una favela a las afueras de San Pablo, busca volver al podio y competir con su amiga Simone Biles.
Además, quiere inspirar a más niñas como ella en su país.
La versión de Andrade que llega a París es una más ambiciosa y eficaz en comparación con aquella que compitió en la capital japonesa. Acumula más experiencia en lo que se refiere a competir en grandes eventos, incluida una medalla memorable de oro en el salto de los Juegos Panamericanos realizados el año pasado en Chile.
Sin embargo, Andrade prefiere no centrarse en la estadounidense, de quien aseguran es amiga.
“No pienso en las demás en absoluto. Si me concentro en lo que hacen, no me concentro en mí”, comentó en la previa de París 2024.
A pesar de que la brecha entre sus habilidades se está acortando, la relación entre ambas, que tienen edades y orígenes similares, no tiene mucho de la animadversión que suele caracterizar las rivalidades entre deportistas de élite.
En las competiciones, se animan mutuamente.
Y en momentos cruciales de la carrera de Andrade, en los que se preguntaba si alguna vez alcanzaría su potencial, Biles “ha animado a la atleta destinada a ser su principal competidora”, consigna el Washington Post.
Una relación dialéctica
En el último encuentro entre ambas, en un torneo Panamericano, Biles trastabilló y su error encumbró en el puntaje indivual a Andrade.
La gimnasta norteamericana no logró ejecutar con éxito el Biles II, una destreza que lleva su nombre y que se trata de una complicada versión del “Yurchenko Double Pike”, el salto más difícil en la rama femenina de salto de potro.
Andrade no sólo quiere avanzar en base a los deslices de la de Ohio. Un video compartido una semana antes del inicio de los Juegos en París por la Confederación Brasileña de Gimnasia, muestra que la campeona olímpica intentó un Yurshenko o triple giro, que ninguna mujer ha completado con éxito en una competencia oficial.
De lograrlo, no sólo haría historia individual: se lo puede tomar como una réplica en su relación dialéctica con la estrella estadounidense.
Simone Biles, un emblema
Nacida en 1997 en Columbus, Simone es una de las mejores gimnastas de la historia, conocida por su consistencia y la complejidad de sus actuaciones.
A lo largo de su carrera, estableció numerosos récords. En los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro, Biles se convirtió en la primera gimnasta estadounidense en ganar cuatro medallas de oro en unos mismos Juegos, y fue la primera gimnasta en ganar seis títulos mundiales en el concurso completo (2013-15, 2018-19, 2023).
También obtuvo 30 medallas en campeonatos mundiales, una cifra sin precedentes, 23 de las cuales son de oro.
Después de Río, se tomó un descanso de la gimnasia y en 2018 anunció que había sido víctima de Larry Nassar, un exmédico del equipo nacional de gimnasia de Estados Unidos que fue condenado por abusar sexualmente de numerosas atletas.
Ese año, Biles regresó a la competición. En los campeonatos nacionales de Estados Unidos de 2018, se convirtió en la primera gimnasta femenina en casi 25 años en ganar las cinco pruebas, incluido un quinto título de concurso completo, un récord. Y se convirtió en la gimnasta femenina más condecorada en la historia de los campeonatos mundiales cuando ganó cuatro oros (incluido otro título de concurso completo), una plata y un bronce en los campeonatos de 2018 para llevar su total de medallas en esa competición a 20.
La pandemia, sin embargo, fue un punto de quiebre en su historia deportiva. Había grandes expectativas puestas en Biles cuando se presentó a los postergados Juegos de Tokio 2020, que se retrasaron hasta 2021.
Sin embargo, se retiró de la mayoría de las pruebas debido a los “twisties”, un bloqueo mental en el que las gimnastas pierden su orientación espacial durante los movimientos aéreos.
Su decisión de no competir provocó discusiones sobre la presión que sufren los atletas y sus problemas de salud mental. Biles regresó para la prueba final, la viga de equilibrio, y ganó una medalla de bronce.
Ahora, a los 27 años, vuelve renovada a París, donde buscará reafirmar su dominancia sobre el deporte, y construir su legado.
Rebeca Andrade, el futuro
Virtudes como la resiliencia y la perseverancia son a menudo los adjetivos que los especialistas usan para describir la trayectoria de Rebeca Andrade en la gimnasia artística.
Su historia es una de determinación inquebrantable, marcada por medallas y campeonatos mundiales, todos conseguidos al superar tres devastadoras lesiones del ligamento cruzado anterior.
A pesar de enfrentarse a reveses que habrían detenido muchas carreras, el espíritu de Andrade la consagra como una de las deportistas más importantes de su generación y la que viene.
En los Juegos Olímpicos de 2020 celebrados en Tokio, Andrade hizo historia al ganar la medalla de oro en la prueba de salto y conseguir la plata en la competición individual all-around, la primera gimnasta brasileña en lograrlo.
Al año siguiente, en el mundial 2022, ganó otra medalla de oro y una de bronce. En los Campeonatos del Mundo de 2023, ganó una medalla de oro, tres de plata y una de bronce.
Los Campeonatos Panamericanos también vieron a Andrade dominar con una medalla de plata en 2018 y dos de oro en 2021.
El increíble viaje de Andrade comenzó en una favela en las afueras de San Pablo, donde fue criada por su madre, Rosa, mucama y único sostén de ocho hijos.
El talento excepcional de Andrade para la gimnasia fue reconocido a una edad temprana, en una escuela deportiva planificada por programas deportivos del gobierno brasileño.
Su arduo trabajo y dedicación finalmente la llevaron a Río y al Club Flamengo, donde continúa entrenando hasta el día de hoy.
Los éxitos de Andrade no solo transformaron su propia vida, sino que también le permitieron tener un impacto significativo en su familia.
Además, lejos del glamour y la celebridad, la atleta considera a sus raíces como parte integral de su identidad actual, como lo demuestra su rutina de piso ganadora del oro, ejecutada al ritmo de ‘Baile de Favela’, una pieza que rinde homenaje a sus comienzos y a quiénes aún viven allí.