Economía

Saldos positivos y negativos a 20 años del corralito

Julián Zicari, investigador del Conicet, economista, historiador y autor del libro “Crisis económicas argentinas. De Mitre a Macri”, visitó el noticiero de la Televisión Pública a propósito de las dos décadas que pasaron del DNU que marcó el comienzo del “corralito”, la medida que dio paso al congelamiento de depósitos bancarios y derivó en una crisis económica e institucional que terminó con el mandato del expresidente Fernando de la Rúa.

Para Zicari, hay “saldos positivos y negativos”, entre los que mencionó la “reaparición de muchas de las figuras que desembocaron en esta tragedia”, como el ex ministro de Economía Domingo Cavallo y quienes lo reivindican como los diputados electos Javier Milei y José Luis Espert, pero también ex funcionarios de aquel gobierno como Patricia Bullrich y Ricardo López Murphy.

El corralito se adoptó durante un fin de semana y al cabo de días de versiones y corridas en la city porteña, en donde reinaba la desconfianza y el riesgo país alcanzaba los 3.340 puntos. El por entonces ministro Cavallo anunció en conferencia de prensa desde la Quinta de Olivos, el congelamiento de los depósitos en dólares existentes en los bancos, que sumaban 16.000 millones de dólares en cajas de ahorro y alrededor de 42.000 millones en plazos fijos.

Esa medida determinó que todos los depósitos en dólares quedaban atrapados dentro del sistema y no podía retirarse en efectivo -con un límite de extracción de 250 pesos por semana-, aunque sí podían realizarse operaciones siempre que el dinero no saliera del sistema financiero, como por ejemplo, hacer una compra o venta, vía transferencia que no implicara algún giro de dinero al exterior.

Por otro lado, los plazos fijos previamente establecidos, se mantenían congelados y se pasaban al vencimiento también a cuentas a la vista, con igual tratamiento.

Esta medida golpeó con fuerza al pequeño y mediano ahorrista, así como a jubilados, y fue uno de los últimos manotazos de ahogado de una cantidad de medidas puestas en marcha desde fines del 2000, -en un momento de fenomenal crisis financiera- al que acudió el gobierno de la Alianza para cumplir su promesa electoral de mantener la Convertibilidad: 1 peso igual a 1 dólar.