El programa permitirá optimizar el uso de recursos hospitalarios a la vez que facilitará el aislamiento domiciliario y la disminución de la circulación colectiva. “El objetivo es evitar la sobrecarga del sistema sanitario, reducir la circulación de casos sospechosos de COVID-19 y de los grupos vulnerables”, explicó la coordinadora de Telesalud, María Celeste Savignano que aseguró que la idea es que las provincias adapten el programa a cada una de sus necesidades.
En la práctica, cada provincia recepta las consultas telefónicas de salud por dos grandes vía: una a través del seguimiento de un caso sospechosos de COVID o de una patología vulnerable de un paciente que se atiende en un hospital que forma parte de la red de Telesalud y la otra comienza a partir del llamado telefónico a los números para consulta de COVID de cada provincia que alerta sobre el caso sospechoso de COVID o el caso de una persona que tenga vulnerabilidades de salud en el que sea necesario evitar la circulación.
De esta manera, las personas que cumplen con los criterios actuales del protocolo nacional de aislamiento para caso sospechoso o confirmado de infección por COVID-19 y sin criterio clínico de permanecer hospitalizado podrán recibir atención y seguimiento personalizado en su domicilio a través de videoconsulta por parte de profesionales de todo el país.
A su vez, las personas que pertenecen a grupos vulnerables (con enfermedades crónicas y embarazadas) podrán recibir atención y seguimiento por equipos de salud entrenados en teleasistencia. Esta prestación posibilitará realizar una contención adecuada y priorizada de sus necesidades que permitirá evitar traslados innecesarios y la espera en las salas de urgencia.
Cabe destacar que la teleconsulta no reemplazará de ninguna manera la necesidad de atención presencial cuando la situación lo requiera. Por otra parte, se contemplan los casos donde por diferentes barreras podrá utilizarse el teléfono.