Cuando esta tarde el Papa Francisco realice el ritual de la apertura de la “Puerta Santa” de la Basílica de San Pedro, comenzará el Jubileo 2025, un momento litúrgico especial para la religión católica.
Durante el gran evento católico que se celebra cada 25 años se espera que lleguen unos 32 millones de peregrinos a Roma.
Será, además, una dura prueba para Francisco que, a sus 88 años, ha asegurado su presencia en los actos más importantes y multitudinarios.
En la tradición católica, el Jubileo o ‘Año Santo’ es un tiempo dedicado «a consolidar la fe y la solidaridad», durante el cual la Iglesia concede indulgencias o el perdón de los pecados a todos aquellos que hagan obras de caridad y atraviesen algunas de las Puertas Santas: en San Pedro o en las otras basílicas romanas.
Las otras Puertas Santas de Roma se abrirán el 29 de diciembre en San Juan de Letrán; el 1 de enero en Santa María la Mayor y el domingo 5 de enero de 2025 en San Pablo Extramuros sin la presencia del papa, pero como acto excepcional, Francisco acudirá también a la prisión romana de Rebibbia para la apertura de otra Puerta Santa el 26 de diciembre.
El tema de este Jubileo es la esperanza y el papa ha subrayado «la necesidad de dejar espacio a la esperanza en un tiempo en el que a menudo hay personas descorazonadas que miran el futuro con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiera ofrecerles la felicidad».
¿Qué es el Jubileo?
El primer Jubileo fue instituido por el Papa Bonifacio VIII. Desde entonces, se ha convertido en un acontecimiento regular de la Iglesia católica, que se celebra cada 25 años, con algunas excepciones de Jubileos extraordinarios proclamados para ocasiones especiales.
Durante los años jubilares, el cumplimiento de ciertos peregrinajes, acciones litúrgicas y evangélicas conceden al practicamente la “indulgencia plenaria”, es decir, la absolución de todos los pecados. El lema del Jubileo 2025 es ““Peregrinos de Esperanza”, para reflejar su carácter universal e inclusivo.
“El Jubileo nació en el 1300 como un acontecimiento popular, entendido como un tiempo de gran y capilar perdón de los pecados, que no deja de lado ningún aspecto de la vida personal, comunitaria y social”, explica Francesco Scalzotto, responsable del Dicasterio para la Evangelización, “y recupera la antigua tradición del Jubileo bíblico, que era realmente un tiempo de liberación, paz y vínculos sociales”.
“Los jubileos son momentos preciosos para hacer balance de nuestras vidas, como individuos y como comunidad. Además, son ocasiones para la reflexión, el recogimiento y la escucha de lo que el Espíritu Santo nos dice hoy”, posteó ayer el sumo pontífice en su cuenta de X.
Durante todo 2025, celebraciones jubilares tendrán lugar en las distintas diócesis del mundo y hay previstas jornadas jubilares especiales como el Jubileo de los Trabajadores, el 1 de mayo, o el de los Presos, el último, que se celebrará el 14 de diciembre de 2025 para cerrar el Año Santo en comunión con la Iglesia de Roma.