
En Argentina, el 11 de septiembre se conmemora el Día del Maestro, una fecha de gran relevancia en el calendario educativo del país. Esta celebración rinde homenaje a la labor de los educadores y subraya la importancia de la educación en la sociedad.
El origen de esta efeméride se remonta a 1943, cuando se estableció en honor a Domingo Faustino Sarmiento, considerado el “Padre del Aula”. Sarmiento, presidente de la Nación entre 1868 y 1874, fue además un destacado pedagogo, político y escritor, y desempeñó un papel crucial en la reforma y modernización del sistema educativo argentino.
Por eso, su influencia y contribuciones al campo de la educación son recordadas y celebradas en esta fecha, coincidente con el aniversario de su fallecimiento.
Cabe recordar que, como educación formal, Sarmiento tan solo pudo concurrir a la Escuela de la Patria en la provincia de San Juan en 1816. El resto de su formación la realizó en forma autodidacta. Luego del viaje a Europa, África y Estados Unidos en el cual relevó los sistemas educativos vigentes, volcó sus ideas en De la educación popular (1849).
Cuando ejerció la gobernación de San Juan dictó una Ley Orgánica de Educación Pública que propiciaba la enseñanza primaria obligatoria y durante su presidencia (1868-1874) se fundaron unas 800 escuelas. Fue Director General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires (1875). Durante la presidencia de Roca fue Superintendente General de Escuelas del Consejo Nacional de Educación y fue uno de los principales propulsores de la Ley 1420 que estableció la enseñanza primaria gratuita, obligatoria, gradual y laica.
Durante su presidencia, el prócer sanjuanino impulsó fuertemente la educación pública y la cultura, fundó ochocientas escuelas en todo el país, de ese modo la población escolar aumentó de treinta mil a cien mil alumnos. También impulsó la creación de Bibliotecas populares y realizó el primer Censo Escolar. Creó el Observatorio Astronómico de Córdoba, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas.
Para Sarmiento, la educación debía ser pública, gratuita y común. Aunque es una de las bases actuales de nuestro país, fue una cruzada para la época. Como novedad, pretendía la misma educación para niñas y niños. Algo que no era la norma en el mundo por aquellos tiempos.
“La educación ha de preparar a las naciones en masa para el uso de los derechos que hoy no pertenecen ya a tal o cual clase de la sociedad, sino simplemente a la condición de hombre. El poder, la riqueza y la fuerza de una nación dependen de la capacidad industrial, moral e intelectual de los individuos que la componen. Y la educación pública no debe tener otro fin que el aumentar esta fuerza de producción, de acción y de dirección, aumentando cada vez más el número de individuos que las posean”, afirmaba.
Muchos aspectos de la organización del sistema educativo ideado por Sarmiento permanecen con cambios leves hasta la actualidad. Uno de los más notables es la función de la escuela como constructora de ciudadanía. Las escuelas argentinas han recibido siempre en sus aulas a una población heterogénea y diversa, sirviendo de herramienta para la integración de inmigrantes de todas las nacionalidades y argentinos de todas las procedencias y adscripciones.
El Día del Maestro no solo sirve para reconocer el compromiso y la dedicación de los docentes, sino que también es una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos actuales en el ámbito educativo, expresar gratitud a los maestros y reforzar el valor de la educación en el desarrollo de la sociedad.