Jorge Lanata falleció a los 64 años en el Hospital Italiano, en donde estaba internado desde el 14 de junio pasado. El periodista falleció acompañado por su familia, su esposa Elba Marcovecchio y sus dos hijas.
Lanata estuvo internado más de seis meses, entre su estadía en el Hospital Italiano y la clínica de rehabilitación Santa Catalina.
En ese centro de rehabilitación había estado hasta el pasado 18 de septiembre, cuando debió ser ingresado nuevamente al Italiano.
Luego de varias intervenciones quirúrgicas, este lunes finalmente falleció por una falla multiorgánica.
De acuerdo a informaciones cercanas a la familia, la salud del periodista se agravó el viernes 27 de diciembre, cuando el cuadro se volvió irreversible.
Decía Lanata, acaso a modo de autorretrato: “Soy periodista porque tengo preguntas. Si tuviera respuestas sería político, religioso o crítico. Por eso el periodismo militante es la antítesis de lo que soy yo. Ellos están llenos de respuestas y están dispuestos a aplicarlas. Soy periodista porque no sé”.
Lanata fue un hombre que trascendió los medios. Supo adaptarse y posicionarse a la vanguardia en todos los géneros del periodismo. Estuvo en gráfica, televisión, radio, plataformas multimedia, ciclos documentalistas y de investigación.
Fundador de los diarios Página/12 y Crítica de la Argentina, así como de varias revistas, también fue el creador de exitosos programas de televisión que marcaron época, como Día D, Periodismo Para Todos y Lanata Sin Filtro.
Líder de audiencias en la radio durante más de una década, realizó documentales, escribió diversos libros de ficción y no ficción, y hasta fue primera figura de una revista en el Maipo.
Todos sus proyectos tuvieron el signo de la desmesura. Destapó los casos más resonantes de corrupción en los años noventa y en la era kirchnerista: fue el periodista más influyente de la Argentina en las últimas décadas. Provocó fervores y odios por igual.
Fue polémico y disfrutó siéndolo. Nunca lo incomodó estar en medio del campo de batalla. No lo molestaban las luces, ni ser el centro de atención. Muchas veces la noticia fue él mismo.