Con la despenalización total del cultivo como consigna, la marcha estuvo compuesta por jóvenes y numerosas familias quienes avanzaron con música de cumbia y reggae y levantando banderas de distintas organizaciones.
Al llegar al Congreso, referentes de diversos espacios sumaron al reclamo la necesidad de que el Estado incorpore recursos en la investigación científica y la aplicación médica de los derivados del cannabis.
La manifestación se realizó tras la aprobación en Diputados de la ley para el desarrollo del cannabis medicinal y del cáñamo industrial al promover mecanismos de autorizaciones para los productores y comercializadores y estrategias de seguridad, fiscalización y trazabilidad en la cadena.
En la Plaza de los dos Congresos se montó una feria en la que distintos emprendedores ofrecieron alimentos veganos y propuestas de repostería con marihuana, pipas, picadores, boquillas, pipas de agua y diferentes artesanías con alusiones cannabicas.
Sobre el césped, numerosos grupos compartían rondas de mate y cigarrillos de marihuana, mientras se daban charlas sobre recomendaciones de cultivo o intercambio de producciones domésticas.