
Los armenios de Nagorno Karabaj anunciaron hoy que el próximo 1 de enero disolverán la república sin reconocimiento internacional que crearon en el enclave, una semana después de que Azerbaiyán se hiciera del territorio con una ofensiva militar que forzó la huida de más de la mitad de su población en medio de una crisis humanitaria.
En un decreto, Samvel Shajramanyan, líder del enclave de mayoría armenia ubicado en el suroeste de Azerbaiyán, anunció la disolución de “todas las instituciones gubernamentales y organizaciones (…) a 1 de enero de 2024”, luego de que los armenios aceptaran desarmar a sus fuerzas y entregaran sus armas a Azerbaiyán la semana pasada.
El recientemente elegido -hace menos de un mes- presidente de Artsaj, afirmó en un documento que la decisión se tomó sobre la base de la compleja situación político-militar creada, ante la “prioridad de garantizar la seguridad física y los intereses vitales del pueblo de Artsaj”.
Las instituciones estatales se disolverán -teniendo también en cuenta el acuerdo alcanzado con los representantes de Azerbaiyán a través de la mediación del mando de las tropas rusas de mantenimiento de la paz-, y estará garantizado “el movimiento libre, voluntario y sin obstáculos” de los residentes de Nagorno-Karabaj (incluidos los militares que hayan depuesto sus armas), sus bienes y sus vehículos, a través del corredor de Lachín.
Sin emabargo, se registraron violaciones al último punto del acuerdo, como la detención ilegal de Ruben Vardanyan, ex primer ministro de Artsaj.
El empresario y político fue secuestrado y arrestado por Azerbaiyán cuando cruzaba el Corredor de Lachin, confirmó su esposa a medios armenios.
“Mi esposo, Ruben Vardanyan, filántropo, hombre de negocios y ex Ministro de Estado de Artsaj (Nagorno Karabaj) fue arrestado y detenido por las autoridades azerbaiyanas en la frontera esta mañana cuando intentaba irse con miles de armenios”, explicó.
De acuerdo a Bakú, el exfuncionario fue inculpado de “financiar el terrorismo” y de “crear una organización armada ilegal”, según el servicio de seguridad del Estado azerbaiyano, y puesto en detención provisional por cuatro meses. La segunda acusación se refiere a las fuerzas de autodefensa de Artsaj, apoyadas por tropas armenias.
En Armenia, el primer ministro, Nikol Pashinian, dijo que, según sus previsiones, “en los próximos días no habrá armenios en Nagorno Karabaj”, después de que huyeran del enclave unos 65.000, más de la mitad de la población.
Pashinian acusó a Azerbaiyán de “limpieza étnica” en este territorio del Cáucaso, y urgió a la comunidad internacional a “actuar”.
Desde entonces, decenas de miles de armenios huyeron de las tropas azerbaiyanas, por temor a la represión, a través del corredor de Lachín, la única carretera que conecta Nagorno Karabaj con la república de Armenia.
Las autoridades armenias dieron parte hoy de la llegada de más de 68.000 desplazados procedentes del enclave, es decir, más de la mitad de su población, de 120.000 habitantes oficialmente.
En Rusia, el Gobierno del presidente Vladimir Putin dijo que “toma nota” del anuncio de la disolución de la república autoproclamada de Nagorno Karabaj, pero señaló que “no ve razones” para que la gente se vaya del enclave, informó la agencia de noticias AFP.
Refiriéndose a quienes decidan eventualmente quedarse, el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, prometió que se “garantizarán” los derechos de los armenios del enclave.
La ofensiva de la semana pasada dejó 213 muertos del lado armenio, incluyendo a 10 civiles.
Azerbaiyán dijo haber perdido a 192 de sus soldados y a un civil.
Tras el llamamiento a proteger los civiles lanzado el martes por el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, su homóloga alemana, Annalena Baerbock, pidió a Azerbaiyán autorizar la entrada en Nagorno Karabaj de observadores internacionales.