Se teme que ráfagas de viento de hasta 100 kilómetros por hora aviven las llamas y levanten brasas de las zonas quemadas existentes hacia nuevas áreas, advirtieron los bomberos.
El gobernador de California, Gavin Newsom, ha desplegado en el área de los siniestros otros 1.000 miembros de la Guardia Nacional del estado, con lo que la dotación ha aumentado hasta unos 2.500 efectivos. Newsom también ha firmado una orden ejecutiva que suspende importantes regulaciones medioambientales con miras a agilizar la reconstrucción de viviendas y edificios.
El siniestro ha quemado más de 5.700 hectáreas, destruido al menos 7.000 estructuras y obligado a evacuar a más de 150.000 personas. La causa de los incendios es aún desconocida, y el alguacil Robert Luna indicó el sábado que se barajan todas las posibilidades.