La teoría más aceptada sostiene que la Tierra y todo el Sistema Solar se formaron en una nube de material nebuloso. Según esta teoría, hace unos 4.600 millones de años, el Sistema Solar era un disco circunestelar compuesto de gas, granos de hielo y polvo. Con el tiempo, la mayor parte de ese material se acumuló en el centro y experimentó un colapso gravitacional, formando el Sol. El resto del material se acható en un disco protoplanetario. De ahí saldrían los planetas, satélites, asteroides y otros objetos del Sistema Solar. Hace 4.540 millones años, la primitiva Tierra ya se había formado. Entre 4.100 y 3.800 millones de años, se produjo un intenso periodo de impactos de asteroides. Es lo que conocemos como el Bombardeo Intenso Tardío. Provocó cambios muy importantes en la superficie de la Luna y, en consecuencia, en la Tierra. Hace entre 4.000 y 2.500 millones de años, la capa exterior del planeta se enfrió lo suficiente como para formar una corteza sólida con placas tectónicas. La expulsión de gases y la actividad volcánica propiciaron el nacimiento de la atmósfera primitiva. La superficie de la Tierra se reformó constantemente durante cientos de millones de años. Los continentes se formaban y se rompían. Viajaban a lo largo de la superficie, en ocasiones combinándose para dar lugar a un supercontinente. El último supercontinente ha sido Pangea, que se fragmentó hace, aproximadamente, 200 millones de años.
Para indagar acerca de la historia de nuestro planeta, recibimos al Lic. en Astronomía Diego Bagú y al Dr. en Ciencias Geológicas Andrés Folguera.