Internacional

Israel: cerca de un millón de personas copan las calles contra la reforma judicial

El proyecto del Gobierno de Israel de reforma de la justicia, que generó ya 12 semanas de protestas, se cobró la salida del cargo del ministro de Defensa, Yoav Gallant, por su pronunciamiento a favor de frenar el trámite parlamentario. Esto intensificó las protestas y el sindicato más grande de Israel convocó una huelga general.

El primer ministro Benjamin Netanyahu destituyó a Gallant, decisión que anunció en un comunicado en el que advirtió que el ahora exministro “se ha puesto a la espalda del Gobierno”.

La agencia Europa Press dio cuenta de que unas 600.000 personas salieron espontáneamente por la noche de ayer a las calles de las principales ciudades para repudiar la destitución de Gallant.

Según el canal Channel 12, las manifestaciones se dieron desde Kiryat Shmona, en el norte, hasta Eliat, en el Sur, con especial repercusión en Tel Aviv, Jerusalén, Haifa y Beersheva.

En Jerusalén los manifestantes marcharon desde la vivienda de Netanyahu, en la calle Gaza, hacia la Knesset, el Parlamento israelí y la residencia oficial del primer ministro. Fueron repelidos con chorros de agua concentrados.

Este lunes las protestas no solo continuaban, sino que se intensificaban con casi un millón de personas en las calles y el anuncio de Histadrut, el sindicato más grande de Israel, que convocó a una huelga general para protestar por los controvertidos planes del gobierno para reformar el sistema judicial.

En tanto, decenas de alcaldes de todo Israel anunciaron el inicio de una huelga de hambre en Jerusalén, en protesta contra la reforma judicial propuesta por el gobierno.

“Nosotros, los alcaldes de las autoridades locales de todos los lados del espectro político, a partir de mañana por la mañana, estamos lanzando una huelga de hambre en Jerusalén frente a la oficina del primer ministro, exigiendo el fin de la enorme crisis y el desastre hacia el que se precipita Israel, para evitar que la seguridad del país se vea afectada y por el bien de la unión y la unidad del país”, escribió Moshe Fadlon, alcalde de la ciudad costera de Herzliya, en una declaración suya y de sus colegas que protestaban este domingo por la noche.

La declaración fue firmada por 27 funcionarios, que representan un amplio espectro de autoridades locales en todo el país.

El ex primer ministro de Israel, Yair Lapid, le pidió al gobierno Netanyahu que detenga su revisión judicial, diciéndole a la Knesset que el país ha sido “tomado como rehén por un grupo de extremistas sin frenos ni fronteras”.

“Lo que ha pasado aquí en las últimas 24 horas es una locura, es una pérdida de control y una pérdida de dirección”, dijo Lapid.

Más de 600.000 personas salen a las calles de Israel para protestar por el  cese del ministro de Defensa | Onda Cero Radio

El principal aeropuerto de Israel, Ben Gurion Tel Aviv, anunció el cese inmediato de todos los vuelos que salen, como parte de una huelga que aumenta la presión sobre el gobierno.

Las universidades de Israel se declararon en huelga y los líderes sindicales y empresariales más importantes del país dijeron que celebrarían una conferencia de prensa el lunes por la mañana.

Channel 12 informó, citando fuentes propias, que el Ejército israelí elevó el nivel de alerta ante el riesgo de que actores externos intenten aprovechar el momento, pero la televisión pública Kan desmintió la noticia.

Mientras tanto Netanyahu, de visita en Europa, dijo que no está “tratando de destruir la democracia, estoy tratando de salvarla”, en una entrevista exclusiva con la emisora británica Piers Morgan.

Así lo reveló Morgan en su cuenta de Twitter el domingo por la noche. La entrevista se transmitirá este lunes a las 8 p.m., ET, en TalkTV y Fox Nation, según el tuit de Morgan.

Durante meses, cientos de miles de israelíes  tomaron las calles de todo el país para protestar contra cambios profundos en el sistema legal de Israel. Según el proyecto, el gobierno tendría control sobre el nombramiento de jueces y el Parlamento obtendría el poder de anular las decisiones de la Corte Suprema.

El gobierno argumenta que los cambios son esenciales para controlar la Corte Suprema, a la que ven como insular, elitista y que ya no representa al pueblo israelí. Los opositores dicen que los planes amenazan los cimientos de la democracia israelí.