La caída de las torres gemelas cambió el mapa del mundo. Los Estados Unidos se despertaron de sus vacaciones de la historia, la guerra ahora era en su casa. La aparición en escena de Osama Bin Laden marcó el comienzo del siglo XXI. Hoy, 14 años después, el ISIS, un desprendimiento de Al Qaeda, genera terror a medida que avanza en medio oriente. Su marca registrada es la extrema violencia y la capacidad para atacar en distintos puntos del planeta de manera sincronizada. El Isis es un enemigo del que poco se sabe, muestran solo lo que ellos quieren que veamos y las redes sociales forman parte de su campo de batalla.
Hoy el Estado Islámico (EI) controla un territorio casi tan grande como la superficie de Italia, avanza sobre Iraq, Siria y amenaza también a Turquía.
Junto a Luciano Galende viajamos al Estrecho de Bósforo en Estambul, Turquía, el accidente geográfico que marca el límite entre oriente y Europa. Este país es un actor clave en el mapa de medio oriente, siendo miembro de la OTAN desde sus comienzos, su ejército es uno de los más poderosos del mundo. Es un aliado de EE. UU. y posee bases militares norteamericanas en su territorio.
Desde allí, compartimos el testimonio de Ceyda Karan, periodista turca especialista en medio oriente, quien destaca la relación entre el gobierno turco y Washington, y la connivencia de estos para dejar actuar al grupo extremista que asola la región. También da cuenta sobre el apoyo de diferentes gobiernos, por medio de fundaciones, a estos grupos terroristas.
También estuvimos en la ciudad de Surúc, donde recientemente un atentado suicida acabó con la vida de 32 jóvenes que realizaban tareas solidarias en un centro cultural junto a kurdos desplazados de su territorio por el Isis. El atentado fue en una rueda de prensa. Allí la coordinadora del centro cultural, Zehra Yanardağ, nos brindó su testimonio sobre lo ocurrido. Los kurdos son un pueblo sin estado, su territorio está repartido en cuatro países, Iraq, Siria, Turquía e Irán.
Por otro lado, la ciudad siria de Kobane se ha convertido en un emblema de la resistencia armada contra el Isis. En 2014 las milicias kurdas lograron expulsarlos, pero los ataque relámpagos continúan. A esta ciudad pertenecía la familia de Aylan, el niño sirio encontrado muerto tras intentar escapar, junto a su familia, al horror de esta guerra. Como ellos, miles de refugiados son expulsados de estos territorios en conflicto, confinados y apartados en centros para refugiados. Si bien es imposible entrar en territorio controlado por el Isis, sus víctimas brindan testimonios sobre la difícil situación que se atraviesa al interior de las tierras controladas por el grupo radical islámico. Una joven refugiada relata sobre la postura que se quiere imponer al respecto “Dicen ser un gobierno musulmán, pero los musulmanes no hacen eso”.
El Isis ha desatado una ola de terror a nivel mundial. Aunque su radio de acción directa está en medio oriente, tiene el poder de descentralizar sus ataques. La confusión es su escenario ideal, guerras, pobreza, corrupción y diferencias religiosas son el caldo de cultivo para su rápida expansión.
Tanto EE. UU. como Rusia y Europa pelean en esta guerra interna, pero restringen el ingreso de exiliados a sus países por seguridad.
El radicalismo islámico sacudió este año a París con la masacre de Charlie Hebdo. En febrero atacó Dinamarca y volvió a atacar en junio pasado en el sur de Francia dejando un cuerpo decapitado. En julio un “lobo solitario” (como se conoce a los asesinos que atacan de forma individual, aludiendo su accionar al EI) atacó en Túnez matando a 38 turistas europeos. En agosto un terrorista fue neutralizado en un tren que viajaba entre París y Ámsterdam. Decenas de eventos masivos han sido cancelados debido a amenazas en Europa.
Según datos de las Naciones Unidas, la guerra civil en Siria ha provocado 250 mil muertos y 7.6 millones de desplazados internos.
El Isis es mucho más que un grupo terrorista que actúa con una violencia inusitada. Isis, literalmente, hace de Estado. Tiene un ejército regular, órganos administrativos, imparte justicia, controla los precios, otorga documentación y brinda instrucción religiosa. Además se autoabastece económicamente sobre todo, traficando petróleo de las refinerías de las zonas ocupadas y chantajeando a hombres de negocios locales.
La batalla final, todavía no se ha librado. Isis, parece confiado en la victoria. Frente a esta situación los pueblos de medio oriente se preguntan “cómo terminará todo esto”.