
La convalecencia del Papa -que podría y debería durar “dos meses” según afirmaron los médicos Sergio Alfieri y Luigi Carbone en la conferencia en el Gemelli el pasado sábado 22 de marzo- continúa entre terapia farmacológica, fisioterapia motora y respiratoria (esta última en particular para la recuperación de su voz), informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El pontífice, de 88 años, atraviesa la etapa tomando momentos para la oración personal e incluso concelebrar la misa en la capilla de Casa Santa Marta.
En un briefing con los periodistas acreditados, la Oficina de Prensa de la Santa Sede ofreció actualizaciones y detalles sobre la salud del Papa, quien fue dado de alta el pasado domingo 23 tras 38 días hospitalizado en el Policlínico Gemelli a causa de una neumonía bilateral. Francisco, tras asomarse a un pequeño balcón del centro sanitario para saludar a las tres mil personas congregadas en la plaza y una breve parada en Santa María la Mayor, regresó a su casa en el Vaticano y allí comenzó el período de recuperación y reposo.
“Está cumpliendo la convalecencia en los términos descritos por los médicos el sábado”, explicó la Oficina de Prensa de la Santa Sede. Alfieri y Carbone (director del equipo que ha seguido al Papa durante su estancia y médico de referencia del Santo Padre, respectivamente) puntualizaron que Francisco deberá continuar con terapia farmacológica “durante mucho tiempo todavía y por vía oral” y fisioterapia motora y respiratoria a tiempo completo (la misma a la que se sometió durante su estancia en el Gemelli).
A continuación, se reiteró la solicitud de suspender temporalmente tanto las reuniones individuales como grupales, así como la disponibilidad de atención las 24 horas del día para satisfacer las “necesidades”, comenzando por el suministro de oxígeno, y la intervención en caso de urgencia. Este servicio está garantizado por la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Un equipo médico está siempre presente junto al argentino. La administración de oxígeno continúa del mismo modo que se había anunciado en los últimos días de hospitalización: por tanto, por la noche, utiliza la oxigenación a altos caudales con cánulas nasales, que prosigue durante el día, pero con una reducción progresiva.