El litio es un mineral crítico y clave para la fabricación de aparatos electrónicos, vehículos eléctricos y dispositivos de las energías renovables que permitirían mitigar la crisis climática.
Por lo mismo, según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA), la demanda global de litio aumentaría 42 veces hasta 2040. La región andina posee más de la mitad de las reservas mundiales de este mineral, ubicadas principalmente en salares de Argentina (21%) y Chile (11%).
La explotación del litio es presentada como clave para la “transición energética” frente a la crisis climática, para lo cual se extrae con un método destructivo para los ecosistemas y comunidades que habitan los salares (humedales) donde se encuentra, basado en el despilfarro de cantidades colosales de agua en zonas donde ésta escasea.
La nueva constitución aprobada en Jujuy, que se encuentra en el ojo de la tormenta por las protestas y la represión, fue escrita “en clave de litio”, denuncian organismos de derechos humanos y comunidades indígenas de la provincia.
Comunidades y ambiente
“No comemos baterias, sin agua no hay vida” fue uno de los lemas más vistos en carteles y banderas en las revueltas contra Gerardo Morales durante junio.
Es que las comunidades indígenas con derechos ancestrales sobre los territorios donde se produce el litio rechazan la minería por sus impactos ambientales y sociales, y se levantan contra el articulado de la reforma constitucional impulsada por el gobierno de Morales, que permite la privatización de esos terrenos de propiedad comunitaria y fiscal, y el desplazamiento de los pueblos que los habitan, para garantizar la extracción.
La explotación de litio forma parte del modelo extractivo, junto a la megaminería metalífera (oro, cobre, plata, plomo, entre otros), agronegocio, petróleo y forestales.
Aunque suele publicitarse como “energía limpia”, su extracción implica sobreconsumo de fuentes de agua y uso de químicos contaminantes.
La Nación Kolla y otros grupos indígenas jujeños denunciaron que el nuevo texto constitucional adopta esa mirada extractivista y borra a los pueblos originarios de la ecuación.
La comunidades destacan la vigencia del Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) y de la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, por los cuales se debe consultar a las comunidades indígenas por cualquier acción que pudieran afectar sus territorios.
En Argentina, ese tratado tiene jerarquía constitucional. La reforma de Morales prescinde de cumplir esos requisitos.
Las comunidades brindaron peritajes que confirman la contaminación en la fase de exploración de las minas de litio, e iniciaron una causa judicial que en 2012 llegó a la Corte Suprema de Justicia, pero el máximo tribunal desoyó los derechos indígenas por cuestiones formales. La causa tramita en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Y va más lejos: elimina a los pueblos indígenas de la Constitución provincial, negandoles reconocimiento como interlocutores y habitantes originarios de Jujuy.
Un negocio clave
Solo en mayo de este año, el litio explicó el 19% de las exportaciones mineras totales y en los primeros cinco meses del año, alcanzaron los U$S 369 millones, creciendo un 84% interanual.
Además, las cantidades exportadas en el acumulado exhibieron un incremento del 12,3%. En mayo se exportó por un valor de US$ 60 millones, lo que implicó un crecimiento interanual del 17%.
El desempeño de este mineral es producto de dos proyectos en operación ubicados en las provincias de Jujuy y de Catamarca, lo que le permite al país ser el cuarto exportador del mineral a nivel mundial.
Se trata de la región que pone a Argentina en el llamado «Triángulo del Litio», junto con Bolivia y Chile, una riqueza tripartita que puede ocasionarle ganancias millonarias a un país endeudado, con una economía hiperinflacionaria y con magras perspectivas de crecimiento.
El año pasado la provincia firmó con la empresa china Gotion Inc un acuerdo para la instalación de una planta de producción de carbonato de litio grado baterías y celdas, destinadas a la fabricación de baterías de Litio.
Además, una empresa privada instalará un tren turístico que recorrerá la Quebrada de Humahuaca que funcionará con baterías de litio.
Se espera que en un corto tiempo sólo Jujuy produzca 80.000 toneladas anuales del mineral que este año ha merodeado en los 60.000 dólares por tonelada.
Varias empresas lideran el mercado del litio en Jujuy. Jemse SE es la sigla de Jujuy Energía y Minería, una sociedad del Estado y empresa provincial creada durante la gobernación de Gerardo Morales, que tiene el objetivo de buscar socios estratégicos para poder desarrollar proyectos y renovar la matriz productiva.
Otra es Sales de Jujuy, un joint venture (alianza empresarial de riesgo compartido) entre la empresa australiana Allkem Limited, el grupo japonés Toyota Stsusho Corporation (TTC) y Jemse SE.
Jujuy espera que entre ambos desarrollos en los salares Cauchari-Olaroz se produzcan 80.000 toneladas de las que la provincia tiene una participación societaria.
El factor internacional
Hace unos meses, resonaron las declaraciones de la generala Laura Richardson, la jefa del Comando Sur de Estados Unidos.
“¿Por qué es importante esta región? Con todos sus ricos recursos y elementos de tierras poco comunes, tienes el triángulo del litio, que hoy en día es necesario para la tecnología. El 60 % del litio del mundo está en el triángulo de litio: Argentina, Bolivia, Chile, a Estados Unidos le queda mucho por hacer, esta región importa, ya que tiene mucho que ver con la seguridad nacional y tenemos que empezar nuestro juego”, dijo.
Diferentes especialistas y activistas políticos sindican a este interés la competencia de las potencias extranjeras, como Estados Unidos y China, por hacerse de la mayor cantidad de yacimientos de litio en la región andina.
Lo que sucede en Latinoamérica se repite en otras regiones, un reducido grupo de empresas transnacionales busca quedarse con los recursos naturales.
Estás empresas exigen beneficios impositivos, pocos controles y salir impunes por el daño ambiental que dejan.
El litio se transformó en un metal muy importante en los últimos años, algunos dicen que es la “salvación” para los países que tienen yacimientos, como el nuestro.
Pero de lo que se habla poco es de algo de fondo: “mientras las multinacionales impongan las reglas, los beneficios seguirán siendo para pocos”, afirmó el analista internacional Diego Sacchi.