El origen del título de la exposición remonta a un discurso pronunciado en 1926 por Eduardo Schiaffino, primer director de la institución, quien destacaba la necesidad de ampliar los espacios de exposición para garantizar que el vasto patrimonio no quedara oculto en los depósitos.
Al respecto, el actual director, Andrés Duprat, ha señalado que esta muestra es “una lectura más de un patrimonio extenso y diverso, parte del cual permanece en reserva por la magnitud de la colección, integrada actualmente por más de 13.000 obras”.
En el recorrido, el visitante encontrará obras representativas de destacados artistas argentinos, como Prilidiano Pueyrredón; Ignacio Manzoni y Martín León Boneo.
También está presente el género del paisaje nacional, con exponentes como Martín Malharro, Benito Quinquela Martín y Roberto Aizenberg, interactuando con figuras consagradas de la pintura europea como Gustave Courbet, Camille Pissarro y Joaquín Sorolla y Bastida.
El género de la naturaleza muerta ocupa un lugar destacado con piezas de artistas como Ernesto de la Cárcova, Miguel Carlos Victorica y Henri Fantin-Latour, mientras que el retrato está representado por nombres como Raymond Monvoisin, Pierre Puvis de Chavannes, Carlos Alonso y el colectivo Mondongo.
Además, se muestra una notable selección de artistas latinoamericanos y nacionales influyentes en el ámbito de la abstracción, entre ellos Julio Le Parc, Luis Felipe Noé, Martha Boto y Eduardo Stupía.
La sección escultórica exhibe piezas de artistas contemporáneos como Leonora Carrington, Marta Minujín, Víctor Grippo y Juan Carlos Distéfano, mientras que la colección fotográfica suma trabajos de Robert Mapplethorpe, Horacio Coppola y Alejandro Kuropatwa, entre otros.