Allí, se reparan y se arman diferentes tipos de barcos: buques petroleros, patrulleros marítimos y lanchas.
La creación más emblemática fue el reconocido buque escuela Fragata Libertad, diseñado por el primer ingeniero naval argentino Amelio D´Arcangelo. El 11 de diciembre de 1953, el presidente Juan Domingo Perón visitó las instalaciones de la empresa nacional para participar de la primera botadura de una embarcación (la Fragata ARA Azopardo) y para colocar en persona el primer remache de la ARA Libertad, tercera creación del Astillero.
Durante la década del 50, el astillero llegó a tener 8000 trabajadores en doble turno. En 2008 contaba con 2700 trabajadores. Hoy, la empresa de gestión estatal, está bajo la órbita de la Provincia de Buenos Aires. Sus trabajadores hablan del orgullo que representa integrarla y comentan que esperan nuevos contratos para garantizar la continuidad laboral.
El Secretario General de ATE Ensenada indica que “el gran desafío es ganarle a la producción”. “Tenemos el buque Eva Perón en alistamiento, las dos lanchas de instrucción y una compuerta que se está fabricando pero todo esto no alcanza pensando a futuro, porque si uno firma un contrato hoy recién se inicia al año siguiente: un buque no se hace de un día para el otro”, dice y comenta que fueron los trabajadores quienes, con su lucha, mantuvieron abierta la empresa tanto durante la década del noventa, como en 2018. “Además de darle continuidad a las obras que se habían paralizado, porque la idea era cerrarlo o, como decía (el entonces presidente Mauricio) Macri: dinamitarlo”.
Paula Gómez, del sector Usina, fue la primera trabajadora del taller. Para ella, trabajar en Río Santiago es “un sentimiento”. “Uno pone el cuerpo para defenderlo y es muy fuerte que pase eso. Hablando con personas de otras empresas me dicen que es muy raro, pero lo cierto es que pasa: se lleva como en la piel”.