Tras la ceremonia de investidura, que se lleva a cabo en el Capitolio, el neoyorquino empieza formalmente su segundo mandato.
Tradicionalmente, el acto de toma de posesión se lleva a cabo al aire libre, en el lado oeste del Capitolio, frente al parque National Mall.
Sin embargo, las bajas temperaturas obligaron a trasladar el evento al interior del edificio gubernamental.
La toma de posesión empezó con la jura del cargo del vicepresidente J.D.Vance. El compromiso se realizó frente al presidente de la Corte Suprema, John Roberts.
Acto seguido, entre vítores de los concurrentes, Donald Trump puso su mano derecha sobre la biblia de Abaraham Lincoln y recitó el juramento que lo convirtió en el 47° presidente de Estados Unidos, marcando un regreso político pocas veces visto.
Tras prestar juramento, Trump estrechó la mano de Roberts, quien se desempeña como presidente de la Corte Suprema desde 2005.
Invitados de honor
En el Capitolio, como invitados ilustres, se encontraban Elon Musk, aliado de Trump, dueño de Telsa y la plataforma social X, junto a Sundar Pichai, de Google, y el dueño de Amazon, Jeff Bezos. El dueño de Facebook Mark Zuckerberg y el CEO de Apple, Tim Cook, también estaban entre el público.
La reunión de líderes tecnológicos -cuyas empresas son las más valiosas del mundo y han dado forma a la política económica y de seguridad estadounidense- pone de relieve la influencia de Trump sobre políticas que podrían dar forma al futuro de la tecnología.
También estaban los nueve jueces de la Corte Suprema, así como el presidente de Argentina, Javier Milei, y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni.
Los presidentes Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama también fueron de la partida.
Los primeros anuncios
En su discurso inaugural, el flamante presidente ratificó la firma de decretos que se refieren a lo que su gobierno condiera los temas más urgentes de la agenda política de ese país.
Trump dijo en primer lugar que “se detendrá inmediatamente toda entrada ilegal”. También aseguró que pondría fin a la práctica de liberar a migrantes en Estados Unidos para que soliciten asilo, conocida como “captura y liberación”.
Parte de su plan se basa en la reanudación de la política de “Permanecer en México” para hacer que los solicitantes de asilo esperen en México a las audiencias en los tribunales de inmigración de Estados Unidos, un sello distintivo de su primer mandato.
Durante su gestión, se deportaría a “millones y millones de extranjeros criminales”, afirmó asimismo.
Además dijo que ha recibido el mandato de “revertir completa y totalmente” lo que llama “una horrible traición” de los que están en el poder contra el pueblo estadounidense y añade que dará a la gente “su fe, su riqueza, su democracia y su libertad. A partir de este momento, el declive de Estados Unidos ha terminado”, sentenció.