Delante de Virgil Van Dijk, al costado de Frenkie de Jong, detrás de Cody Gakpo y de Memphis Depay, esencialmente por el callejón derecho. Ahí emerge Denzel Justus Morris Dumfries, el motor turbo de Países Bajos, dueño de una historia que vale la pena repasar.
En el 3-1 frente a los Estados Unidos, por los octavos de final, asistió en los dos primeros goles (a Depay y a Blind) y anotó el tercero. “Seguramente fue el mejor partido de mi vida”, dijo el jugador de 26 años, compañero de Lautaro Martínez y de Joaquín Correa en el Inter que lidera desde la vicepresidencia Javier Zanetti.
Nació en Rotterdam con sangre de las colonias neerlandesas: su padre es oriundo de Aruba y su madre, de Surinam.
Se llama Denzel por el actor estadounidense Denzel Washington, quien para aquel 1996 en el que nació Dumfries ya había ganado un Oscar y había participado en películas como Glory, Malcom X y Filadelfia. “Me enorgullece llevar su nombre. Es alguien que expresa sus puntos de vista y a quien veo como un modelo a seguir”, contó Dumfries.
Era delantero y arrancó en el Sparta de su ciudad, en donde lo transformaron en lateral derecho.
En 2017 pasó al Heerenveen y un año más tarde dio el salto al PSV Eindhoven.
En ese mismo 2018, el jugador de 1,88 metro debutó en la Selección de su país en un 3-0 sobre Alemania. Pero ese, en realidad, no fue su estreno oficial con un seleccionado nacional.
En 2014 jugó dos partidos con Aruba, el equipo de la isla de 180 km cuadrados y 110.000 habitantes, que es reconocido por la FIFA y juega las Eliminatorias.
Dumfries participó en dos amistosos contra Guam y convirtió un gol. Pero como su sueño era jugar para Países Bajos dejó de representar a la nación de su padre. “Denzel fue visto como un traidor”, diría después Giovanni Franken, entrenador de aquella selección de Aruba.
Ya lleva 41 partidos en el seleccionado naranja. Tras la Eurocopa de 2021 (en la que Países Bajos cayó en octavos de final), fue transferido al Inter, que necesitaba reemplazar a Hakimi, vendido al PSG. Llegó a Qatar 2022 como una de las piezas esenciales del equipo de Van Gaal. Y por ahora lo demostró con creces.