Silvio nació en San Antonio de los Baños en el ‘46 y a los cinco años de edad se trasladó a La Habana con su familia, donde recibió clases de piano de Margarita Pérez Picó. A los diez años sus padres se divorciaron y volvió con su madre y su hermana a su pueblo natal.
“Soy de un viejo bosque de oro maderal
que los hacheros fueron a extinguir.
De una taberna rústica local,
que daba de beber al porvenir”.
(“Llegué por San Antonio de Los Baños”, single, 1983).
En 1958 escribió sus primeros poemas y melodías. Tres años más tarde participó en las campañas de alfabetización y al año siguiente empezó a trabajar como dibujante de comics en el semanario Mella, donde Lázaro Fundora puso en sus manos por primera vez una guitarra.
En el ‘64 se internó en el servicio militar, donde empezó a tocar y componer canciones que aún hoy siguen vigentes, como “El Viento Eres Tú”, “Y Nada Más”, “La Canción de la Trova” o “Quédate”.
“Este pedazo de la historia
Es aguerrido para ver y reposar
Parece que es definitivo
Se rompe todo y todo vuelve a comenzar”.
(“Hallazgo de las piedras”, Causas y azares, 1986).
Al poco tiempo formó un dúo con Luis López, mientras trabajaba escribiendo artículos periodísticos y poemas para distintas revistas. Comenzó así a forjarse el Silvio Rodríguez que poco más tarde cambiaría el paradigma de la canción latinoamericana.
En el año 1967 se presentó en el programa de televisión “Música y Estrellas”, puntapié inicial de sus primeros recitales con formato solista. Ese año tocó como telonero de César Portillo de la Luz, autor del conocido bolero “Contigo en la Distancia”, y entró en la “Casa de las Américas”, donde comenzó un recorrido ascendente inalterable.
En ese año murió el Che Guevara en La Higuera, Bolivia. Silvio expresó su bronca mediante sonidos más rockeros, más ásperos. Sus canciones se convirtieron en gritos de guerra, “La Era Está Pariendo un Corazón” y “Fusil contra Fusil”, revolucionaron su repertorio y en 1968 las incluye en el disco colectivo “Hasta la Victoria Siempre”, publicado en Cuba por Casa de las Américas en homenaje a Ernesto Guevara.
Al año siguiente, Rodriguez se enroló como trabajador en el barco pesquero Playa Girón. Allí, navegó durante casi 5 meses por el Océano Atlántico y las costas africanas, donde compuso un total de setenta y dos canciones que más tarde se editarían en el libro de poesía “Canciones del mar”.
“Me veo claramente
haciendo preguntas que ya conocía
con indiferencia ante el ya crecerás”.
(“Me veo claramente”, Tríptico Vol. 2, 1984).
Llegando la década del ’80, grabó “Rabo de Nube I”, con canciones de profunda poesía como “Te Amaré”, y de Yanela Lojos en el arpa de “Rabo de Nube”.
En 1982 grabó “Unicornio”, disco que cuenta con la canción de mismo título que más tarde se convertiría en la más famosa de su carrera. El concierto en Plaza de Mayo, con la colaboración de músicos como León Gieco y Piero, sería editado luego en un disco.
En los años siguientes, el cubano colaboró en el disco de Aute “Entre amigos”, y grabó su disco triple llamado “Tríptico”, el cual presentaba colaboraciones como Anabel López, Pablo Milanés, Pancho Amat o el grupo Manguaré.
En 1984, Rodríguez y Milanés sacaron un disco de su concierto conjunto en Argentina llamado “En vivo” y al llegar 1985, Silvio emprendió una nueva gira con el grupo “Afrocuba”, dirigido por Oriente López, y con algo más de 10 músicos. Con ellos, al año siguiente en la ciudad española Madrid, publicó el doble disco “Causas y azares”.
Entre Londres y La Habana, grabó “Oh Melancolía”, también disco doble, en el año 1988. El disco cuenta con temas como el de perfil feminista “Eva”, “Jerusalén Año Cero”, “En el Jardín de la Noche” y “El Extraño Caso de las Damas de África”, un tema de salsa bastante mal visto por los críticos.
“Eva no quiere ser para Adán
La paridora pagada con pan
Eva prefiere también parir
Pero después escoger donde ir”.
(“Eva”, ¡Oh, melancolía!, 1988).
Al llegar la década del ’90, Silvio emprendió una nueva gira con el mítico grupo cubano “Irakere” y el gran pianista Chucho Valdés. Viajó con el grupo a Chile y dió un concierto en el Estadio Nacional de Santiago ante 80.000 personas, que se grabó en un disco triple.
“Silvio”, su nuevo disco salió a la luz en el año 1992, fue el primero de una trilogía sólo con guitarra. A este le siguieron “Rodríguez” que llegó en el año 1994 y “Domínguez” en 1996, discos con una gran aceptación entre el público.
En 1999 Silvio editó junto con el guitarrista Rey Guerra el disco “Mariposas”, que contaba con la colaboración de la compañera de Silvio, Niurka González, flautista en dos temas. Su siguiente disco se llamó “Expedición” y fue editado en el 2002. En él participaron miembros de la Orquesta Nacional de Cuba.
Al año siguiente, el cantautor cubano presentó el disco “Cita con Ángeles”, el cual dedicó exclusivamente a su hija nacida hacía poco, y donde también participó su esposa.
“Mi casa ha sido tomada por las flores
Traigan copas, traigan vasos
Al derrame de colores”.
(“Mi casa ha sido tomada por las flores”, Cita con ángeles, 2003).
El 5 de noviembre de 2005, el “No al ALCA” de los principales líderes de Latinoamérica en la IV Cumbre de las Américas de Mar del Plata, marcó un hito histórico para la región. Allí, Silvio Rodríguez puso su voz, su palabra y su música al servicio de la causa contra la creación de una zona de libre comercio desde Alaska a Tierra del Fuego impulsada por George Bush. En el aniversario de su natalicio, recordamos a un artista que supo estar ligado a las más importantes batallas de los pueblos de esta tierra.
En el 2006 editó “Érase que se era”, en 2010 “Segunda cita”, en 2015 “Amoríos” y 2020, su último trabajo discográfico hasta el momento: “Para la espera”. Más vigente que nunca, Silvio sigue pintando de canciones nuestra historia.
“Viene la cosa,
viene por todos lados;
viene la cosa
reescribiendo el pasado.
Pero, a falta de dios,
doy pecho al huracán
y saco bien la voz
y al pan le digo pan.
Porque viene una cosa
que sólo la sinceridad
destroza”.
(“Viene la cosa”, Para la espera, 2020).