Un grupo de amigos se reúne a practicar tiro al blanco en el campo de Mayer. Entre ellos está Daniel Hernández, amigo de Vega, uno de los tiradores. En medio de la jornada, un vecino los convoca para anunciarles que el dueño de la propiedad lindera ha muerto. Mayer, Daniel y el resto van a ver lo ocurrido y se encuentran con el cuerpo del vecino, muerto de un tiro en el cráneo. Enseguida advierten que alguno de ellos debe haberlo matado por accidente, ya que el hombre se encontraba en la línea de tiro.
Laurenzi comienza la investigación ayudado por Hernández, que esta vez se convierte en un testigo fundamental. Tiempo más tarde, un juez sentencia que en efecto se ha tratado de un accidente. Sin embargo, Laurenzi está empecinado en comprobar que ese accidente fue provocado intencionalmente por Mayer. Al cabo de un tiempo la investigación lo conducirá a comprobar sus sospechas.
Rodolfo Walsh publicó “Cosa juzgada” el 12 de abril de 1962 en la revista Vea y Lea.