En la apertura de las exposiciones, el exministro de Justicia Rodolfo Barra consideró que la norma se contrapone con los tratados a los que Argentina adhirió como la Convención de los Derechos del Niño y explicó que antes de debatir la cuestión jurídica del aborto habría que “estar seguros de si es niño o niña” el embrión en gestación.
Barra se refirió a expresiones del ministro de Salud Ginés González García según las cuales si se considerara niño al embrión en el primer trimestre “estaríamos en presencia de un genocidio”, y opinó que “técnicamente no es un genocidio pero si una terrible acción de mortandad serial”.
Dorothy Estrada Tanck, profesora de Derecho Internacional Público, consideró que este proyecto “favorece los derechos de libertad y autonomía reproductiva” de la mujer y aseguró que “el acceso seguro y de forma lega es conforme a la propia convención de los derechos de los niños y niñas” y “el no acceso es violatorio al derecho de igualdad y no discriminación”.
Pila Vazquez Calva, abogada penalista de México, sostuvo que “si se busca preservar la salud mental de la mujer el aborto no es el camino correcto”, señaló que la clave para por mejorar la atención médica y advirtió que “el aborto no es solución a la pobreza” sino que “es el fracaso del Estado”.
Mario Sebastiani, médico obstetra, declaró que la decisión de los senadores pasa por definir “si la mujer va a la clandestinidad o si va a la salud pública y a la dignidad”, aseguró que “a quien le ha ido peor es a aquella (mujer) que trató de tener un aborto, no lo logró y tuvo embarazo forzoso” e indicó que el aborto “es 14 veces menos peligrosos que un embarazo”.
Ana Correa, abogada penalista partidaria de la aprobación de la ley, sostuvo que “la clandestinidad mata”, enumeró casos de mujeres muertas pro abortos clandestinos y dijo que el Senado “faltó a la verdad en 2018 cuando dijo que no había mujeres presas por abortos”.
La emisión por parte de la letrada de un audio de Belén, una joven tucumana presa por sufrir un aborto por el que escribió un libro, le valió la queja del jefe de los senadores del Frente de Todos, José Mayans, quien le reprochó a la presidenta del plenario, Norma Durango, ser “imparcial” por permitir a una miembro del sector “verde” extenderse en el tiempo asignado para hablar.
Tras la conclusión de las exposiciones, comenzó la aventura por lograr las firmas del dictamen. Las Comisiones de Banca de la Mujer y de Salud de la Cámara de Senadores consiguieron rápidamente las firmas necesarias para que el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo obtenga dictamen tras una semana de audiencias, pero la Comisión de Justicia y Asuntos Penales, encabezada por el oficialista neuquino Oscar Parrilli, demoró en materializar todas las rúbricas necesarias, lo que abrió especulaciones respecto a “los números” en vistas de la sesión del próximo 29.
Finalmente,el senador Kueider, que integra esa comisión, resolvió firmar “en disidencia parcial”. A lo largo de todo el debate en comisiones, el entrerriano se había mantenido neutral, aunque en privado se pronunciaba a favor de la despenalización.
El rionegrino Alberto Weretilneck dijo que estaba de acuerdo con la IVE, pero manifestó algunos cuestionamientos a la letra del texto y pidió introducir una serie de modificaciones, entre ellas que sea obligatorio realizar la denuncia penal en caso de violación y rever el concepto de “salud integral” -al que considera “demasiado amplio”- en cuanto a los abortos permitidos cuando está en riesgo la vida o la salud de la persona gestante.
La propuesta de legalización del aborto había sido rechazada en el Senado en 2018 cuando no llegó ni siquiera a tener las adhesiones necesarias para la emisión del dictamen de mayoría, por lo que el paso dado este jueves en comisiones en favor del pase a la firma fue considerado un dato positivo por los senadores del sector “verde” que buscan respaldar la sanción dada por la Cámara de Diputados.
Senadores del sector “celeste” que se oponen a la iniciativa lamentaron, en cambio, el tratamiento de la iniciativa por considerar que “había temas más importantes para debatir como la pobreza y la pandemia de coronavirus” y por entender que la propuesta “promueve” la realización de abortos en desmedro de la educación sexual para la prevención de los embarazos no deseados.
Fuentes parlamentarias dijeron que, a diferencia de hace dos años, cuando la norma fracasó en la votación en la Cámara alta, este año la relación entre quienes están a favor y quienes están en contra sería más pareja.