El próximo 14 de enero será publicada en Italia una autobiografía del Papa Francisco, “Spera” (Esperanza, en italiano) co-escrito con el autor italiano Carlo Musso.
El libro estará a la venta a partir del día 16 en más de 100 países, y se trata de la primera vez que un Papa narra en primera persona (y publica) los episodios que marcaron su vida.
De acuerdo al Vaticano, en el libro, el Papa brinda una narración que se refiere especialmente a la historia de su infancia dentro de una familia de migrantes italianos en la capital argentina, mechado con anécdotas pastorales que dejar ver su humildad y peculiar sentido del humor.
Además de sus memorias, el Pontífice afronta otras cuestiones como la guerra y la paz, las migraciones, la crisis medioambiental, la política social, la sexualidad o el futuro de la Iglesia Católica.
Todo ello, bajo la impronta de la esperanza, un término elegido en consonancia con el Jubileo que se celebra este año con motivo de los 2025 años del nacimiento de Cristo.
Según indicó el Papa Francisco en una reciente entrevista, estaba previsto que el libro fuera publicado tras su fallecimiento. “Pero como no me muero, tienen miedo de que pierda actualidad y decidieron hacerlo ahora”, indicó entre carcajadas en una entrevista.
Recuerdos de infancia
Algunos periódicos italianos publicaron este domingo algunos extractos del texto que cuenta la vida de Mario Bergoglio, como anticipo.
La Stampa, Avvenire, e Il Messaggero e Il Giorno revelaron que en “Esperanza”, el sacerdote trae memorias de su familia y su casa en Argentina: “Desde mi segundo año hasta que cumplí los veintiuno, residí siempre en el número 531 de la calle Membrillar. Una casa de una sola planta, con tres dormitorios, el de mis padres y los dos que compartíamos los hermanos, un baño, una cocina con comedor, un comedor más formal, una terraza. Esa casa y esa calle fueron para mí las raíces de Buenos Aires y de la Argentina toda”, relata Francisco.
Y sobre sus raíces, proveniente una familia de migrantes, evoca: “No sé cuántas veces he oído la historia de aquel barco que llevaba el nombre de la hija del rey Víctor Manuel III (…). La Princesa Mafalda. Esa historia se contaba en familia. La contaban en el barrio. La cantaban en las canciones populares de los emigrantes, de un lado a otro del océano (…). Mis abuelos y su único hijo, Mario, el joven que sería mi padre, habían comprado el pasaje para esa larga travesía, para ese barco que zarpó del puerto de Génova el 11 de octubre de 1927, rumbo a Buenos Aires”, describió.