Sociedad

Cómo es el ritual de quemar “años viejos” en Año Nuevo

Existen diferentes tradiciones para despedir el año y celebrar la llegada de uno nuevo. Cómo es el ritual que se realiza en varios países de la región.

Cómo es el ritual de quemar “años viejos” en Año Nuevo

El ritual de quemar “años viejos” en la víspera de Año Nuevo es una tradición popular en muchos países de América Latina, especialmente en Ecuador, Colombia, Perú, Venezuela, y algunos lugares de Centroamérica.

Este acto simbólico se realiza para despedir el año que termina y liberarse de lo negativo, de los errores, problemas y malas experiencias vividas en los meses previos. Se busca que, al quemar al “muerto” o al “año viejo”, se cierre un ciclo y se abra espacio para la renovación, la esperanza y las oportunidades del nuevo año.

La quema de un muñeco o figura que representa el “Año Viejo” tiene múltiples significados simbólicos, como despedir lo negativo, apuntalar nuevos comienzos, eliminar malos recuerdos y purificar a través del fuego, que tiene un simbolismo universal de purificación. Quemar algo, en este caso el “Año Viejo”, es una forma de purgar lo malo, lo que ya no sirve, y hacer espacio para lo bueno.

La tradición puede variar según el país, pero por lo general consiste en la construcción de una figura representativa que será quemada, un muñeco de diversos materiales como ropa vieja, cartón, trapos, paja o incluso muñecos de gran tamaño, dependiendo de los recursos disponibles y de la tradición local. Se le da una forma humana (o a veces de un personaje simbólico del año), a menudo con una máscara o una cara pintada. En algunos lugares, el “Año Viejo” es una figura que representa a un personaje famoso o un líder que tuvo un impacto negativo en la sociedad en ese año.

Este ritual tiene un fuerte componente psicológico y emocional. Se convierte en una forma de desapego emocional, en la que las personas simbólicamente se separan de lo que no les sirvió, de lo que les causó dolor, y se preparan para empezar de nuevo. Es un acto catártico, que permite soltar lo viejo para abrir espacio a lo nuevo. Además, está cargado de simbolismo cultural, ya que vincula la idea de cierre y renovación con la fiesta de Año Nuevo.