Respecto al momento de la compra hay que tener en cuenta las siguientes cosas:
- El tono de la manzana debe de ajustarse al de su variedad y ser intenso de manera natural.
- Si al frotar la piel se produce un leve ruido, es que la manzana es fresca.
- Apretando el centro de la manzana, si la textura está en su momento óptimo, deberá ofrecer resistencia a hundirse y la piel solo se arrugará ligeramente.
- También podemos saber si ha estado suficiente tiempo en el árbol para madurar y desarrollar todas sus propiedades fijándonos en el cáliz, la parte inferior, que deberá ser ancho y profundo.
- El color de las semillas también nos indicará el grado de maduración: en su momento óptimo, serán marrones, mientras que si está sobre madurada, el corazón de la fruta estará oxidado alrededor de las pepitas.
- No conviene comprar manzanas que estén cerca de piezas con golpes o muy envejecidas, ya que éstas aceleran la maduración del resto y pueden hacer que se pudran.
- Evita escoger piezas sin su palito porque al perderlo, se acelera el proceso de maduración del fruto y se acorta su vida.