El Gobierno nacional dispuso una serie de cambios a la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable mediante la Disposición 11362/2024, publicada en el Boletín Oficial.
A partir de la resolución, para decidir si un producto lleva sello, se evaluará únicamente el exceso de los nutrientes críticos agregados, no los intrínsecos (los que forman parte de la composición química de un alimento).
Así, modifica un elemento central de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, sancionada en 2021 y conocida como “ley de etiquetado frontal”.
La norma establece que deben llevar octógonos negros los alimentos y bebidas con cantidades de azúcares añadidos, grasas saturadas, grasas totales, sodio y/o calorías igual o superior a los límites definidos por el Decreto 151/22 y siguiendo el sistema de perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre otras disposiciones.
Los cambios
Según la revisión del “Manual de aplicación del rotulado nutricional frontal”, publicado por la Anmat tras la Disposición 11362/2024, deberán declarar el etiquetado nutricional frontal los alimentos y bebidas analcohólicas:
1) que tengan agregado de azúcares y/o sodio y/o grasas como ingredientes propiamente dichos o como parte de otros ingredientes de la fórmula y 2) las cantidades de azúcares añadidos, grasas saturadas, grasas totales, sodio y/o energía en el producto listo para el consumo sean iguales o superiores a los límites establecidos por el Decreto 151/22.
Esto significa que se evaluarán únicamente el exceso de los nutrientes críticos agregados, no los intrínsecos (los que forman parte de la composición química de un alimento).
En un trabajo realizado por el Ministerio de Salud en 2023, el 43% de la población refirió tener en cuenta los sellos a la hora de comprar. Entre estas personas, el 58% refirió haber modificado su intención de compra para galletitas y el 57% para bebidas.
Otro estudio, publicado por el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia (UCA) junto a Fundación Alimentaris, señala que un tercio de los hogares reconoce haberse visto desalentado al consumo de ciertos alimentos a partir del etiquetado frontal.