
Por un decreto ley, a partir de las nuevas condiciones de naturalización por derecho de sangre, la ciudadanía italiana fue limitada a dos generaciones.
Desde ahora, es necesario tener padre o abuelo nacido en Italia para obtener la nacionalidad.
Es una reforma importante del ius sanguinis por parte del Consejo de Ministros, ya que antes era suficiente con un bisabuelo o incluso un tatarabuelo nacido en suelo italiano para poder tramitar la ciudadanía.
Si bien no se brindaron detalles específicos al respecto, se espera en un futuro cercano que incluso se endurezcan las normas, ya que un integrante del Consejo llamó a “mantener lazos reales” con su país e indicó que se buscará la obligatoriedad de ejercer “los derechos y los deberes de los ciudadanos al menos una vez cada 25 años”.
La medida, que es similar a un decreto de necesidad y urgencia (DNU) argentino, entró en vigencia de inmediato.
No obstante, ahora el Parlamento italiano tiene la facultad de tratarlo en sus dos cámaras y discutir modificaciones.
Lo concreto es que a partir de este viernes, sólo podrán tramitar la ciudadanía por descendencia quienes tengan al menos un padre o un abuelo italiano.
No se podrá ir más atrás en la línea de sangre para buscar el antepasado que transmita la ciudadanía.
Al respecto, el presidente de Fratelli d’Italia en Argentina y periodista de ESPN, Vito de Palma, indicó que la decisión “fue sorpresiva para todos”.
Y explicó: “esto es un corralito que responde a razones administrativas: los consultados estaban explotando y creando un problema grave”.
“Por dos meses rige el decreto, hasta que no haya ratificación o modificación”, indicó.
Y agregó: “Tengo noticias de que algunos consulados están cancelando los turnos porque no saben qué hacer”.
Además, comentó que va a presentar una propuesta para que “si hubo continuidad en la inscripción de familiares” se pueda tramitar la ciudadanía.