Salud

Científicos estudian el impacto de los fármacos Ozempic y Wegovy en la salud mental

De acuerdo a un estudio, los dos fármacos podrían estar relacionados con una “modesta” reducción del riesgo de padecer trastornos provocados por el consumo de alcohol, cannabis, opiáceos y otros estimulantes.

Científicos estudian el impacto de los fármacos Ozempic y Wegovy en la salud mental

Ozempic y Wegovy son los nombres comerciales de dos drogas que revolucionaron la medicina en los últimos años. Concebidos como medicamentos para tratar la diabetes, pronto se pusieron en boca del mundo, porque cientos de celebridades los utilizaron por sus efectos de descenso de peso.

Ahora, los científicos analizan su aplicación para tratar otras dolencias: las de salud mental.

Un importante análisis de más de 1,2 millones de historiales médicos ha revelado que algunos medicamentos populares para la diabetes y la pérdida de peso, como Ozempic y Wegovy, también pueden reducir el riesgo de padecer otros problemas de salud.

Según los investigadores del hospital Veterans’ Affairs St. Louis Health Care System, en Estados Unidos, ambos fármacos podrían estar relacionados con una “modesta” reducción del riesgo de padecer trastornos provocados por el consumo de alcohol, cannabis, opiáceos y otros estimulantes.

También descubrieron que ambos productos reducían el riesgo de ideación suicida y los intentos autolesivos en un 10 por ciento; la esquizofrenia y otros trastornos psiquiátricos en un 18 por ciento, y la demencia y la enfermedad de Alzheimer en un 8 por ciento y un 12 por ciento, respectivamente.

La investigación se aplica a un tipo de fármacos antagonistas del receptor GLP-1, los llamados GLP-1RA. Los más conocidos de este tipo son Ozempic y Wegovy, que contienen el principio activo semaglutida.

Otros GLP-1RA son los compuestos dulaglutida y liraglutida, que contienen principios activos como la semaglutida y la dulaglutida, que se consideran un avance en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad.

“Los fármacos GLP-1RA actúan sobre receptores que se encuentran en áreas cerebrales implicadas en el control de los impulsos, la recompensa y la adicción, lo que explica potencialmente su eficacia para frenar el apetito y los trastornos adictivos”, explica Ziyad Al-Aly, autor principal del estudio.

Sin embargo, el tratamiento con ambos medicamentos también tiene inconvenientes: el equipo de Al-Aly descubrió que, en los historiales médicos asociados al uso de GLP-1RA, aparecían efectos secundarios como náuseas, vómitos y diarrea. En raras ocasiones, también se produjeron alteraciones de la función pancreática y renal.

Muchos famosos hablaban del Ozempic como un elixir para adelgazar en 2023, cuando el fármaco se abrió camino en el mercado, pero en realidad es un medicamento diseñado específicamente para tratar afecciones crónicas.

Esto significa que, ya sea para la diabetes o para el control del peso, no se trata de un tratamiento de una sola toma, sino que requiere un uso de por vida para mantener los resultados deseados. Para perder peso, también suele prescribirse un régimen de dieta y ejercicio.

Los GLP-1RA, tomados diaria o semanalmente, reproducen el efecto de las hormonas GLP-1 del propio organismo, uniéndose a receptores específicos del cerebro y desencadenando secreción de insulina en el páncreas.

De este modo, se reducen los niveles de glucosa en sangre, que es lo que se persigue en los tratamientos contra la diabetes. Además, el vaciado de los intestinos se ralentiza, es decir, se retrasan las ganas de ir al baño, reduciendo de esta manera el apetito.

El nuevo estudio sugiere que la toma de estos fármacos aporta una serie de beneficios, pero no afirma directamente que su uso provoque beneficios positivos para la salud, sino que se limita a mostrar que los medicamentos pueden contribuir potencialmente a obtener resultados positivos.

“Se trata de un trabajo observacional, no de un ensayo aleatorizado, y los autores advierten del peligro de basar las recomendaciones de tratamientos en estos datos, sin una confirmación adicional”, subraya David Henry, exfarmacólogo clínico de la Universidad de Bond (Australia), que no participó en el estudio.

“Es una reticencia que está justificada. Estudios observacionales erróneos sobre otro medicamento para la diabetes, la metformina, concluyeron erróneamente que este fármaco prevenía el cáncer. El análisis de los datos de ensayos aleatorios refutó esa teoría”, ilustra Henry.