China es la nueva potencia económica del mundo, ningún país creció tanto y en tan poco tiempo. Tal es la dimensión del cambio de China que a su vez modifica el orden mundial en lo económico y político. Hoy, de las diez firmas más grandes del mundo, cinco son chinas y tan solo tres de EE UU. El coloso de 1370 millones de habitantes gobernado por el Partido Comunista (P.C.Ch) confirma su ambición del protagonismo global, desde un socialismo con características propias va marcando el ritmo de la economía en todo el mundo.
El 3 de septiembre China recordó su triunfo frente a Japón en la Segunda Guerra Mundial. Miles de soldados y cientos de armas de fuego desfilaron por las calles de Beijing frente a la cúpula del Partido Comunista. Junto a Luciano Galende, viajamos al gigante asiático, donde pudimos compartir en primera persona el multitudinario evento que se llevó a cabo en la Plaza de Tiananmén (Puerta de la Paz Celestial), su cultura y conversamos con sus ciudadanos. La visibilidad de este evento no es casualidad, así como la del pueblo ruso celebrando la victoria de la gran guerra. Se torna necesaria en épocas de una gran crisis de hegemonías a nivel mundial. El despliegue y organización del ejército chino expresa las necesidades de una nación que se posiciona como potencia, para occidente y para el propio pueblo chino.
El P.C.Ch gobierna China desde 1949. Muerto Mao Tse Tung, su sucesor Deng Xiaoping dejó de lado por un tiempo la lucha de clases para edificar la economía de mercado. En los últimos 30 años el gobierno chino se lanzó a modernizar el país, multiplicó la construcción de aeropuertos, de rutas, de embalses, de vías ferroviarias, trenes y rascacielos. China cambió su perfil. Desde Shanghái, uno de los centros financieros más grandes del mundo, observamos cómo impactó el cambio estructural en su economía, su infraestructura y planificación. El crecimiento de esta país son tiene igual, durante los últimos tres años China ha utilizado dos mil millones de toneladas más de cemento que EE UU (una de las primeras potencias económicas) a lo largo de todo el siglo XX. La devaluación de su moneda en septiembre pasado, despertó el pánico en el mundo entero. Su influencia en todos los ámbitos globales se torna innegable y la amenaza de des-localizar empresas para trasladarlas al gigante asiático está latente cada vez que el Yuan pierde valor. El objetivo del P.C.Ch en este sentido es claro, establecer al Yuan como moneda de cambio para transacciones internacionales. Hoy más de 50 países comercian en yuanes sin pasar por el Dólar. “Made in China” ya no es sinónimo de productos de baja calidad, en relación a su avance económico, su producción ha dado un salto técnico y tecnológico. Rascacielos construidos en una semana, con tecnología avanzada, son algunas de las muestras de lo que la asociación planificada puede realizar.
Para informarnos más, conversamos con Zhu Qing Quiao, Director de la zona Latinoamericana de la Cancillería china. Zhu Qing nos explica sobre el complejo entramado económico y la visión e intención china, que dista por mucho de ser agresiva para la economía global. También nos da cuenta del proyecto político-económico chino para hacer frente al terrorismo económico y generar relaciones “sur-sur” fomentando y estimulando el crecimiento de las economías emergentes junto a la cooperación de las regiones.
Puertas adentro, el cambio cultural se puede observar en cada ciudadano, en cada gesto y palabra. Desde la construcción de sus símbolos y relaciones hacia el mercado interno, hasta la búsqueda de respuestas para las desigualdades que genera la expansión económica. En diálogo con el Subdirector de cooperaciones internacionales del ministerio de agricultura del P.C.Ch, Zhao Weining, pudimos comprender el proceso de planificación que lleva adelante el Estado chino para poder cubrir las necesidades alimentarias de los 1370 millones de habitantes. Esto se torna vital ya que su población urbana ha crecido en los últimos años. China posee actualmente 106 mega-ciudades, según un informe de la ONU 2015. En contraste, EE UU y Europa juntas poseen aproximadamente 100 mega-ciudades dentro de los parámetros establecidos por las Naciones Unidas (centros urbanos con un millón o más de habitantes). Esto propone un desafío de planificación el cual el P.C.Ch. lleva adelante de forma programada. China tiene un problema en relación a la cantidad de tierra cultivable debido a su densidad de población y esto obligó la creación de métodos alternativos de cultivo y producción de alimentos. Zhao Han Dong, Director de Cultivos de Alta Tecnología, nos muestra los avances en materia de cultivos y tecnologías para poder dar respuestas a la necesidad de una sociedad en continuo crecimiento. Zhao Han nos explica que esto no está destinado a suplir el cultivo en tierra a corto plazo, pero si es otro esfuerzo más de planificación para una sociedad en constante expansión. La soberanía alimentaria se torna fundamental para un país de las dimensiones y las complejidades como las de la sociedad china.
Actualmente el problema de china no es generar riquezas, ya que tienen un gran mercado interno y consumo sostenido. La problemática a la que se enfrenta el gigante oriental es cómo distribuir esa riqueza. “El día que china se despierte…” era una frase que se utilizaba hasta hace poco como una suerte de amenaza hacia el planeta. Hoy sabemos que este inmenso país está despierto, tiene un plan y es la dueña del futuro.