Argentina 1 - 2 Arabia

La Selección sufrió el golpe menos pensado en un debut para el olvido

El equipo de Lionel Scaloni perdió 2-1 en el inicio del Grupo C. Le anularon tres goles por posición adelantada. Messi marcó de penal, pero en el segundo tiempo Arabia lo dio vuelta y generó la primera gran sorpresa en el Mundial. El sábado, con México.

Durísimo. Un golpe del tamaño de la frustración. Eso fue lo que recibió Argentina en su debut en la Copa del Mundo.

El triunfo de Arabia por 2-1 no sólo le puso fin a ese largo invicto de 36 partidos que traía el seleccionado nacional: le dio un baño de realidad. Y un freno al entusiasmo. “Queríamos empezar ganando, era una gran ilusión”, fue la síntesis en las palabras de Lautaro Martínez con la derrota todavía humeante.

Claro que no todo está perdido. El sábado ante México y el miércoles 30 frente a Polonia el equipo de Lionel Scaloni tendrá las chances de levantarse y volver a andar. Mientras tanto, ahora tendrá que recuperarse desde lo futbolístico, pero sobre todo desde lo emocional.

Arabia tiró el achique como sistema, jugó al límite del riesgo con su última línea, y en definitiva le salió redondo el plan al técnico francés Hervé Renard.

En aquella primera etapa se cansó de gritar goles Argentina, pero sólo uno fue válido, el que marcó Messi de penal a los 9 minutos. Otro del propio Messi, y dos de Lautaro Martínez fueron anulados por posición adelantada. El primero de Lautaro, el que marcó sobre los 27 minutos cuando picó la pelota ante la salida del arquero, tras un excelente pase de “Papu” Gómez, fue un offside marcado con la lupa del VAR, como para destapar todas las muecas de desacuerdo.

Argentina, con un 4-2-4 ambicioso salió a darle la razón a las presunciones. Se lo quiso llevar por delante al seleccionado de Arabia. Pero la Selección pasó de la inoperancia a la impotencia, y de la impotencia a la desesperación.

En el arranque del segundo tiempo sorprendió Arabia con Saleh Al Shehri, que marcó el empate con un zurdazo bajo y cruzado. Enseguida llegó el segundo, el de Salem Al Dawsari, quien estampó el 2-1 tras una enorme jugada personal. Argentina, toda la Argentina, no lo podía creer.


“Son muchos los recuerdos, buenos momentos y no tan buenos que viví, pero siempre orgulloso de representar a nuestro país y a nuestra Selección. Arrancamos otro Mundial con muchas ganas y toda la ilusión. Vamos a estar caminando todos juntos!!!”, había publicado Lionel Messi en sus redes 24 horas antes del debut.

El primer Mundial con Maradona desde el cielo. El debut tan ansiado, tantos argentinos en Doha, tantas esperanzas. La Scaloneta no perdía desde el 2 de julio de 2019, ante Brasil, y si al menos empataba con Arabia alcanzaba el récord mundial que ostenta Italia con su racha comprendida entre 2018 y 2021 bajo conducción de Roberto Mancini.

Desde aquella derrota en Belo Horizonte por la Copa América 2019, Argentina había encadenado 25 triunfos y 11 empates que le permitieron cortar una sequía de 28 años sin títulos.

En ese período, la Selección fue campeona de la Copa América luego de vencer en la final nada menos que a Brasil en el Maracaná y después se quedó con la Finalissima ante Italia, campeón europeo, en Wembley.

En la ciudad de Lusail, a 15 kilómetros al norte de Doha, aquel invicto se derrumbó. En este estadio Lusail, inspirado en la danza de luces y sombras de los tradicionales fanales, el mayor escenario de esta Copa del Mundo, con capacidad para 80 mil almas, Arabia asestó el golpe menos pensado. Argentina todavía puede. Tendrá que creer. Tendrá que comprender que primero hay que saber sufrir. Una vez más.