Se levantó y anduvo Argentina. Después de un opaco primer tiempo apareció Lionel Messi para estampar un zurdazo bajo y sanador. El 1-0 le cambió el semblante a la Selección. Y a partir de ese momento Argentina volvió a vivir.
Al rato llegó otro golazo, el de Enzo Fernández. Y asunto liquidado. Dos a cero ante México y a pensar en Polonia, en la cita del miércoles en la que el equipo de Lionel Scaloni no podrá relajarse. Tendrá que pensar en el triunfo si pretende no correr ningún riesgo.
Ese día, también desde las 16, jugarán México y Arabia. Y en un Grupo C en el que nada está definido, Messi y compañía deberán volver a encarar su presentación en Qatar 2022 como otra auténtica final.
Mientras tanto, con la victoria todavía fresca, el seleccionado tiene saldos para analizar.
Por un lado, la palidez general del primer tiempo, que dejó una imagen preocupante.
Por otra parte, la reacción en la segunda etapa, por Messi y por lo bien que ingresaron algunos intérpretes como Enzo Fernández.
De arranque a Gerardo Martino le había salido bien el plan con línea de cinco en el fondo en el estadio Lusail, el mismo del debut ante Arabia.
Argentina tenía la pelota, pero las tensiones le nublaban la vista y no podía construir juego asociado. El cabezazo desviado de Lautaro Martínez pisando los 40 minutos de juego fue todo el arsenal que pudo descargar la Selección sobre el arco de Ochoa en la etapa inicial.
Respecto de la formación inicial ante Arabia Saudita, Scaloni metió cinco cambios: Gonzalo Montiel por Nahuel Molina, Lisandro Martínez por Cristian “Cuti” Romero, Marcos Acuña por Nicolás Tagliafico, Guido Rodríguez por Leandro Paredes y Alexis Mac Allister por Alejandro “Papu” Gómez.
Apenas había trascendido la posibilidad de esas variantes irremediablemente la memoria futbolera había remitido a las cinco modificaciones que introdujo Carlos Bilardo en Italia 90 para enfrentar a Rusia tras la caída en el debut ante Camerún por 1-0 en Milán.
Sólo uno de aquellos cambios fue por lesión: salió Oscar Ruggeri y entró Pedro Monzón.
Bilardo metió a José Tiburcio Serrizuela por Néstor Fabbri, a Julio Olarticoechea por Néstor Lorenzo, a Pedro Troglio por Néstor Sensini y a Claudio Caniggia por Abel Balbo.
Caniggia y Troglio, en realidad, iban a ser titulares ante Camerún pero Bilardo los había descubierto a la madrugada, pocos días antes del debut, jugando al Mario Bros en la habitación que compartían los ex jugadores de River y Verona. Como castigo, no los incluyó en el estreno.
“Es la derrota más vergonzosa de la historia del fútbol argentino”, les dijo Bilardo a sus dirigidos luego de la caída ante los africanos.
“Este partido lo vieron tres mil millones de personas. Esta derrota vergonzosa se borra de una sola forma: llegando a la final que la van a ver cuatro mil millones”. Y Argentina llegó a la final.