El Mercosur y la Unión Europea cerraron este viernes en Montevideo, Uruguay, el texto de un tratado de libre comercio después de casi 25 años de negociaciones. Ahora, tendrá que pasar por un proceso de ratificación en ambos bloques.
“Estamos reforzando nuestra asociación como nunca antes”, afirmó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sentada junto a los jefes de Estado de los países del Mercosur, en una rueda de prensa en la capital oriental, luego posar para fotografías con Javier Milei, Luis Lacalle Pou, Santiago Peña y Lula Da Silva.
Por su parte, Lacalle Pou, en representación de sus homólogos del bloque sudamericano, también habló de “la trascendencia del día de hoy”. “No es solo un intercambio comercial (…) hay algunos elementos con Europa que nos unen más allá”, reflexionó el mandatario, que tachó el acuerdo de “oportunidad” y de reivindicación “de la mejor política”.
La firma del convenio, que fue anunciada en 2019 por ambos bloques económicos, se concretó en el marco de la XLV cumbre de jefes de Estado del Mercosur. En la cumbre también participó el presidente de Bolivia, Luis Arce, por primera vez en calidad de miembro pleno de dicho bloque.
Los términos del acuerdo
Se trata de un acuerdo sin precedentes para ambos bloques y de uno de los más importantes en la historia a nivel global. Según estimaciones del Mercosur, crea un mercado de bienes y servicios de unos 800 millones de consumidores y casi una cuarta parte del PBI mundial .
El 28 de junio de 2019, la UE y el Mercosur alcanzaron un entendimiento de principio para contar con un Acuerdo de Asociación bajo tres pilares: diálogo político, cooperación y comercio.
En un contexto global de aumento del proteccionismo , ambos bloques “construyen una zona de libre comercio y apuestan por la cooperación para el fomento del crecimiento económico, el empleo y las inversiones, en beneficio de sus pueblos”, destaca el texto.
La alianza busca promover el intercambio comercial entre las partes, la cooperación aduanera, la liberalización de aranceles y el fortalecimiento de las relaciones entre los bloques europeo y sudamericano, entre otros puntos.
El acuerdo permitirá eliminar numerosas barreras arancelarias y no arancelarias. En particular, el Mercosur y la UE liberalizarán el 91 % y el 92 % de sus importaciones, respectivamente, a lo largo de un período de 10 años de duración.
Europa, dividida
Desde el viejo continente, se alzaron voces a favor y en contra. Entre las primeras, la del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que aseguró que el acuerdo servirá para tender un “puente económico” sin precedentes entre Europa y América Latina.
El gobierno alemán también comentó la posición favorable de Berlín al acuerdo, que “es importante para nosotros y también para América Latina”, comunicaron, al tiempo que añadieron que “no debemos dejar el escenario abierto en América Latina a otros actores, como China”.
Al mismo tiempo, crece la resistencia contra el acuerdo en Francia: los agricultores europeos están en pie de guerra, y critican que existe un doble rasero, y, por tanto, una competencia desleal con sus colegas de América Latina.
El ministro de Economía de Francia, Antoine Armand, advitrió que su país intentará bloquear el acuerdo de libre comercio “por todos los medios” que estén a su alcance.
En tanto, los agricultores franceses “endurecerán” sus protestas en los próximos días contra el tratado con el Mercosur y por la ausencia de gobierno en Francia, que bloqueó la puesta en marcha de las medidas prometidas para el sector.
Los agricultores franceses se están manifestando desde el 18 de noviembre contra el tratado. El presidente del sindicato FNSEA, Arnaud Rosseau, tildó el combate contra el acuerdo como una “lucha existencial” para la agricultura francesa.
“Este es un acuerdo beneficioso para los dos” bloques y “aportará significativos beneficios a consumidores y empresas” si se aprueba, expresó Von der Leyen al anunciar el final de las negociaciones para un TLC.
“Escuchamos las preocupaciones de nuestros agricultores y actuamos en consecuencia. Este acuerdo incluye robustas salvaguardas para proteger nuestro sustento”, contestó la dirigente europea a las preocupaciones de los productores.